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11 de Marzo de 2013

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MENSAJE del OBISPO



HOMILÍA DE MONS. OSCAR OJEA EN LA MISA CRISMAL
28 de marzo de 2013

Acabamos de escuchar la primera homilía de Jesús en la Sinagoga de Nazarth, el pueblo en el que se había criado. Elije un texto programático. En él se expresa su vida y su misión. El Espíritu lo toma totalmente consagrándolo para llevar adelante estos hechos: evangelizar, liberar, hacer ver, etc…

Después de leer el texto con serena solemnidad, pronuncia una homilía muy corta: “hoy se ha cumplido este pasaje de la escritura que acaban de oir” (Lc 4,21).  Jesús llena de sentido el texto que ha leído. El ambiente queda envuelto en un profundo silencio que se traduce en las miradas: “todos tenían los ojos fijos en Él” (Lc 4, 20)

Su palabra inquieta e interpela. Es provocadora y desinstala. Aparece despojada de toda espectacularidad, que seguramente su auditorio esperaba. En los que lo escuchaban produce una mezcla de sentimientos y de emociones que van de la admiración a la duda, del estupor a la tensión y finalmente a la violencia.

Nosotros tal vez hemos pasado por todas estas situaciones y reacciones del pueblo que lo conocía de chico.

Podemos habernos sentido tiernamente seducidos por su persona en algún tiempo, pero luego insatisfechos al atravesar momentos de soledad, de abandono o de incomprensión, tal vez nos hayamos enojado secretamente con Él, sin expresarlo del todo y han aparecido la duda y la desconfianza.

La mirada de nuestra Fe es tan pobre!  Siempre tiene en el fondo el rescoldo de la incredulidad. Podemos decir que coexiste con ella.  La violencia tampoco nos es ajena y se manifiesta de diversos modos: gestos rígidos para con los demás; nuestro modo de hablarles; silencios tensos; un malhumor persistente…
Es necesario volver a conectarnos con nuestra Fe: allí se encuentran las raíces de nuestra identidad, nuestro verdadero nombre. Esta Fe nos ha sellado en el Bautismo para poder fijar nuevamente nuestra mirada en Él. Para esto tenemos que dejarnos ungir por Jesús. Él ha querido participar, con cada uno de nosotros, la unción que ha recibido del Espíritu.

Los óleos expresan el modo de penetración del Amor de Dios que nos impregna, nos consagra para compartir su vida y su misión.

El primer paso para recibir esta unción es vaciarnos de nosotros mismos para que el Espíritu todo lo invada en nuestro corazón.

El segundo paso es entregarlo todo. ¿Cómo se evangeliza a los pobres? Siendo pobre. En el Evangelio “pobre” es el que lo da todo como Jesús, como María. No es tanto ni es sólo el que no posee, sino el que es capaz de darlo todo.

Somos ungidos para ungir. Por eso celebramos en esta Eucaristía nuestra consagración bautismal que es esencialmente misionera. Somos ungidos para ungir, para salir de nosotros mismos y entregar lo recibido.

El sacerdote, que actúa en nombre de Cristo, cabeza de la Iglesia, tiene como don propio discernir los carismas en la comunidad de los hermanos para que cada uno pueda dar todo para el servicio de los demás. Es el animador por excelencia de la misión. Está ordenado al Pueblo para servirlo lavándole los pies y ayudarlo a descubrir el propio valor para ungir a los hermanos.

Encomendamos a cada sacerdote en su día, pensando especialmente en aquellos hermanos mayores en la fe, que como una nube de testigos nos han impulsado “a fijar la mirada en Jesús, iniciador y consumador de nuestra Fe” (Heb 12,2)

Queridos hermanos sacerdotes:

Jesús quiere tener hoy a cada uno de nosotros mas cerca de su corazón para volver a decirle que lo quiere singularmente; que lo ama hasta el fin, entrañablemente; hasta el extremo, como proclamaremos esta tarde en el Evangelio de la Misa de la cena, antes de lavar los pies de los hermanos.



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MENSAJE DEL OBISPO DE SAN ISIDRO, MONSEÑOR OSCAR OJEA,
con motivo del anuncio de la renuncia del Santo Padre, Benedicto XVI


¡Tenemos que celebrar como Iglesia, tener un Papa tan humano! En un gesto natural, humano, lleno de normalidad, el Santo Padre reconoce su debilidad. Acepta que está cansado y le dice al Pueblo de Dios voy a dedicarme a aquello que puedo, a la plegaria y a la oración.
¡Como enaltece a la persona reconocer la debilidad! El Papa expresa que sus fuerzas no le alcanzan. Es propio de la humildad reconocer la fragilidad como El lo hace. 
Benedicto XVI nos enseña con este gesto, a aprender a renunciar, a dejar, a entregarse, confiando en el Espíritu de Jesús que está siempre presente en la Iglesia y que a través de la elección de sus hermanos sabrá elegir al nuevo sucesor de Pedro. Demos Gracias por este anciano que ha dado todo de sí para conducir a la Iglesia en este tiempo".

+ Monseñor Oscar Ojea
Obispo de San Isidro.


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MENSAJE DE MONSEÑOR OJEA 
PARA LA COLECTA DE ADVIENTO DE CARITAS SAN ISIDRO


Después de haber recorrido varias veces nuestras obras de caritas, de haber recorrido apoyos escolares, de haber recorrido comedores, merenderos, jardines maternales, he visto lo impresionante que es nuestra tarea de servicio en esta zona del norte de gran Buen Aires, Tigre, San Isidro, San Fernando, Vicente López, y he podido comprobar como estamos sirviendo especialmente en los lugares de mayor marginalidad, en donde los jóvenes y los niños necesitan estar contenidos.
Este año hemos tenido inestabilidades importantes en los subsidios que recibimos del gobierno de la provincia. Nosotros tenemos convenios anuales con el Ministerio de Desarrollo Social y tenemos que pensar que los que trabajan en estos centros que son alrededor de 800 personas, cobran salarios, necesitan llevar a casa el pan de cada día y al mismo tiempo necesitamos ese beneficio inmediato que reciben nuestros chicos cuando se sienten cobijados y contenidos en un lugar donde realizan sus tareas; crecen en la capacidad expresiva, se trabaja mucho a través del arte,  a través de los repasos de los deberes escolares ya que estos centros son a contra turno e los horarios escolares y son tan importantes cuando mamá y papá no están en casa y es necesario contener a nuestros chicos.
Hemos decidido ya hace unos meses hacer en la diócesis un Fondo de Ayuda Solidaria que llamamos FAS. Por ese motivo al comenzar este tiempo tan particular del adviento como todos los años hacemos la colecta de adviento preparando el corazón para un compromiso con nuestro Dios encarnado con el Niño Dios que quiere caminar con nosotros que quiere ensuciarse los pies con nosotros.
Para prepararnos para la Nochebuena hacemos todos los años la colecta de adviento y el 50% la destinamos a distintas finalidades, este año yo les quería pedir que ese 50% sea destinado a nuestras obras de Caritas para poder auxiliar a nuestros centros que se encuentran en dificultades dado que creemos que prestamos un servicio a la misma carne de dios para ponerlo en los pies del Niño Dios haciendo que nuestra fe opere en la caridad como nos enseña San Pablo.
Que Dios los bendiga a todos y que podamos crecer en la comunión y en la creatividad que es lo que yo les había pedido en la carta. Y este es un modo concreto de crecer, tanto en la comunión como en la creatividad, unos nos vamos ayudando a otros y vamos pensando el mejor modo de caminar juntos.

Que Dios los bendiga

† Mons. Oscar Ojea
Obispo de San Isidro

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CARTA DEL OBISPO MONSEÑOR OSCAR OJEA

El 11 de octubre comienza el año de la fe. Nosotros lo vamos a iniciar con una Misa en nuestra Catedral diocesana, la Catedral de San Isidro, el domingo 14 a las 19 horas.



El Papa ha tenido una gran intuición al querer establecer este Año de la Fe.

Muchas veces pensamos que la fe es una opinión o una convicción, una manera de pensar, de ver las cosas. A veces pensamos que la fe es un sentimiento, como una visión del mundo.

El catecismo de la iglesia católica, del cual se cumplen 20 años, nos dice primero, cuando divide las partes del catecismo, el contenido de la fe y entonces comenta el Credo. La fe tiene un contenido. Pero luego el catecismo nos dice que la fe se celebra, quiere decir que la fe se extiende a lo largo de la vida a través de gestos que van a hacer historia a lo largo de la vida de las personas. Si la fe atraviesa la vida celebrándola, el cristiano necesita celebrar la fe.
Luego, el catecismo, nos va a decir la fe se vive, la fe no solo es una convicción o una opinión sino que se despliega en un modo de vida y si es coherente vive según el Evangelio de Jesús, si no,  no es fe verdadera. Por eso los católicos decimos, la fe opera por la caridad, la fe obra por la caridad, se extiende, se expresa en el amor, se expresa en la caridad, si no, no hay fe.

El catecismo de la iglesia católica dice también, la fe se reza, la fe se ora, entonces va a comentar el Padrenuestro que es la oración del cristiano. Qué bueno volver a ese catecismo de  hace 20 años, catecismo de la iglesia católica, que fue trabajado con un enorme esfuerzo por muchos obispos de todo el mundo, entre los cuales estuvo Monseñor Karlic, en ese entonces presidente de la Conferencia Episcopal nuestra y Arzobispo de Paraná.

La fe no es algo que está en la cabeza, ni es una opinión ni es una manera de ver, sino que la fe se celebra, se comparte. La fe necesita hacerse vida en una historia concreta, de allí los sacramentos que son gestos y signos que celebran la fe.
Cómo en ese texto ya la iglesia nos va perfilando de qué se trata cuando hablamos de fe.
La fe además se vive, se lleva a la vida, si no, no es fe, la coherencia de la fe.

Cuando partía Juan Pablo II nosotros pensábamos qué hombre que vivió con coherencia la fe. La característica más llamativa de Juan Pablo que nos dejó, hoy beato, en la iglesia, es esta “qué hombre coherente”. Lo que creía lo vivía, lo practicaba, lo demostraba. Esta es la fe. La fe que es coherente con un modo de vida.

Finalmente, la oración, la fe se reza. En el Evangelio se ve cómo la fe se pide. “creo Señor, ayuda a mi poca fe” “Señor auméntanos la fe”. La fe, como los pobres que saben lo que es don, que es regalo de Dios, se pide, no se tiene como un galardón, no se luce como un éxito o como un triunfo, sino que la fe se vive como una gracia, como un don y se despliega para ponerse al servicio a los hermanos y para compartirse. De este compartir la fe hablaremos en otro momento del desarrollo de este año de la fe, que es una intuición pastoral muy importante del Papa Benedicto y que atraviesa el modo transversal, todas las acciones pastorales que vamos a hacer en este tiempo.
Muchas gracias y que Dios los bendiga

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San Isidro, agosto de 2012
A todos los miembros de las comunidades:
Me acerco a ustedes en esta oportunidad, para compartir con todos, la importancia de la obra que con tanto esfuerzo y fruto venimos desarrollando para acompañar las necesidades de nuestros hermanos, y las preocupaciones y desafíos que se presentan en este tiempo diocesano.
Nuestra diócesis, que con su gran extensión abarca los partidos de Tigre, San Fernando San Isidro y Vicente López, desarrolla diversos emprendimientos de fuerte compromiso con la comunidad, para que especialmente quienes están en situación de vulnerabilidad social, puedan acceder a la educación, la alimentación y el trabajo. En el plano educativo, hemos realizado también, un gran esfuerzo para responder al derecho de los padres de poder elegir la educación de sus hijos.
Hoy, la dimensión que adquiere esta obra es muy grande. A modo de ejemplo, alrededor de 50.000 chicos y adolescentes reciben cotidianamente contención y educación en los distintos espacios (1).
Para el sostenimiento y crecimiento de las obras, se han realizado a lo largo de los años, distintos convenios con el estado provincial, y en algunos casos con el estado nacional y los municipios. De este modo, la casi totalidad de estos aportes están destinados a garantizar los derechos de las personas y no al sostenimiento del culto.
En este contexto, la inestabilidad y atrasos del estado provincial en todo lo relativo a aportes y cumplimiento de los convenios impactan seriamente en la sustentabilidad de las obras. Somos conscientes de las dificultades económicas que atraviesa la provincia de Buenos Aires pero queremos afirmar que esta situación afecta los derechos de las familias y de los trabajadores (2).
Este momento de dificultad lo estamos enfrentando con esperanza buscando nuevas alternativas que nos permitan continuar con las acciones emprendidas. Por eso invitamos a toda la Diócesis a vivir un tiempo de creatividad, comunión y confianza: Creatividad para dar respuesta a los distintos problemas, Comunión para la ayuda fraterna e involucrarnos en las soluciones y Confianza en que El Señor con su providencia siempre nos acompaña y en los momentos de dificultad es cuando más lo descubrimos: “Yo estaré siempre con ustedes”.
No quiero dejar de agradecer a tantas personas e instituciones que aportan su tiempo en las distintas formas del voluntariado, y a aquellos que colaboran económicamente; también a quienes trabajan en cada espacio diocesano haciendo posible pese a las dificultades, que el gesto de Jesús, presente, siga siendo signo de esperanza.
Poniendo bajo el manto de María, nuestra Madre, todas estas inquietudes e iniciativas, les hago llegar mi fraterna bendición.

Mons. Oscar Ojea


1) 56 colegios diocesanos. //   69 Cáritas parroquiales: que llevan adelante 171 servicios y actividades:
39 apoyos escolares, 31 jardines maternales y de infantes, 18 sedes de formación laboral, 9 grupos de trabajo con discapacidad, 12 grupos de mayores, 7 comedores, 6 grupos de fortalecimiento familiar, 16 centros para adolescentes, 2 hogares para niños, 5 centros de asistencia a personas sin techo, 7 oficinas de empleo, 16 bancos de medicamentos, 1 banco de ortopedia, 1 hogar para mujeres en riesgo, 1 centro de día para mayores.
2) En las distintas obras de la diócesis de San Isidro están empleadas 5.087 personas.
CÓMO LLEGAR
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